lunes, 21 de febrero de 2011

El Pantano de Lechago

¿Y ahora qué hacemos con el pantano de Lechago? Podría ser "la pregunta del millón" pero el asunto es mucho más serio.
Esta semana se ha puesto de manifiesto que este pantano no va a ser rentable ya que a los regantes del Bajo Jiloca no les van a salir las cuentas para regar sus campos.
Este pantano, en principio, aparecía como alternativa al pantano de La Pimienta, pero por presiones políticas pasó a ser primera opción. Cuando el proyecto salió a exposición pública se formularon muchas alegaciones de todo tipo, incluyendo aquellas que auguraban la inviabilidad económica del proyecto.
Lamentablemente estas alegaciones se desestimaron y tras aproximadamente seis años de obras y sesenta millones de euros gastados, ahora parece que no es rentable regar con el agua embalsada.
Hay que recordar que los regantes deberían pagar el coste de la elevación de aguas desde el Jiloca que solo en luz podría suponer unos 700.000 euros al año; a ello hay que añadir los costes de amortización del pantano durante al menos 25 años. Además de todo ello, de los 34 pueblos que en pricipio estaban interesados en el proyecto, ahora se han quedado en solo 16.
Esta situación fue ya advertida por los propios vecinos de Lechago y también por Chunta Aragonesista en el Jiloca, pero ahora ¿a quién le pedimos responsabilidades? ¿Estamos ante una situación que no se conocía? En ningún modo puede decirse que sea así, sin embargo nos tememos que será difícil encontrar una solución para este problema fruto de una política hidraúlica obsoleta y sometida a criterios y presiones políticas más que a usos racionales del agua.

3 comentarios:

  1. Los regantes lo que querrían es que papá Estado les pusiera una pulsera de "todo gratis" como en los cruceros o los hoteles del Caribe para poder regar todo lo que quieran sin pagar nada, pero eso, lamentablemente para ellos , no va a ser así...

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  2. Lo más grave es que, teniendo informes técnicos de la inviabilidad económica del proyecto, se haya hecho caso omiso de ellos y se siga adelante con la inversión. Es una burla a todos los contribuyentes, porque el desembolso lo hacemos entre todos. Detruir los terrenos de regadío de un pueblo para no obtener ningún benficio, ni siquiera en los de aguas abajo. Es de locos...

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  3. Tal vez habría que pedir explicaciones en las Cortes de Aragón por lo sucedido.

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